Lámparas fluorescentes

La luz fluorescente ha estado presente en los hogares desde su comercialización en 1934. En seguida se ganaron la aceptación de los consumidores por su bajo gasto energético, y por dar luz de forma homogénea sin crear sombras que entorpezcan la vista.

Su uso se generalizó en comercios, oficinas e incluso en el uso doméstico.  Desde Electrón queremos acercarle un poco a este modo de iluminación que tanto se ha popularizó y que aún se continua utilizando con efectividad.

Funcionamiento del fluorescente

Aunque las luces fluorescentes se hayan modernizado con el paso del tiempo, las partes que podemos comprobar al estudiar de cerca una de estas luces sigue siendo la misma, se divide en tres partes: el tubo de descarga, es el cuerpo de la lámpara, está fabricado en vidrio en diferentes tamaños según la potencia y con un diámetro estandarizado de 25mm., la presentación más solicitada a Electricistas Madrid es en forma recta, pero también puede encontrarse circular. Dentro del tubo está relleno de gas argón y una pequeña parte de mercurio, lo que hace posible el encendido. Los casquillos, colocado en un extremo del tubo de descarga, cumple la función de calentar el gas del interior del tubo para que produzca la iluminación. El cebador, este dispositivo es utilizado en el proceso de encendido por precalentamiento, si el fluorescente es de encendido rápido se descarta su utilización.

En modelo antiguo de lámpara fluorescente se modernizó para hacer más efectivo su encendido, ya que en vez de por el método de precalentamiento pasó a ser de encendido electrónico. Entre las ventajas que destaca Electricistas Madrid  Electrón sobre colocar una lámpara fluorescente, la emanación prácticamente nula de calor al contrario que una bombilla convencional es una de las más importantes, también hay que tener en cuenta que ofrece una mayor iluminación con un consumo energético menor. Otro de las ventajas de este tipo de iluminación es su vida útil, la cual es más larga que una bombilla convencional y se estima entre 5000 y 7000 horas.

Como cuidar una lámpara fluorescente

Para garantizar que el fluorescente que tengamos colocado dure toda su vida útil en las mejores condiciones, tenemos que tener en cuenta que es un tipo de iluminación de larga duración, es decir, encender y apagar repetidas veces una lámpara fluorescente puede acabar disminuyendo su efectividad e incluso acabar por estropearlo. Por lo que recomendamos dejar encendida la lámpara fluorescente si la ausencia va a ser breve ya que incluso el gasto energético es menor dejándola encendida que apagándola y volviéndola a encender en unos minutos.

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